Historia de la palabra «Orgasmo»


Historia de la palabra «Orgasmo».




Pocas palabras provocan una respuesta grupal tan empática. Si alguien dice la palabra «amor», es posible que cada uno de nosotros la asocie a distintas formas y texturas (ver: Significado de la palabra «Amor»), pero si decimos la palabra «orgasmo» es probable que todos imaginemos más o menos lo mismo.

Sin embargo, para conocer la historia de la palabra «Orgasmo» debemos tener en cuenta muchas otras cosas además de su inmediata vinculación con la experiencia personal.

La historia de las palabras incluyen su creación, pero también sus metamorfosis, sus caídas y sus glorias. Y la palabra «Orgasmo», acaso como ninguna otra, ha conocido no sólo algunos tabúes sociales y religiosos, sino una decadencia metódica que excluye cualquier alusión al goce espiritual que corre paralelamente al placer físico.

Si tomamos un severo diccionario de griego antiguo se nos dirá que el significado de la palabra «Orgasmo» tiene que ver con la excitación, y una especie de climax del estremecimiento físico. Pero si indagamos en las raíces etimológicas de la palabra «Orgasmo» veremos que, de hecho, deriva de las raíz orge, casi siempre utilizada para designar un impulso violento.

Tal asociación entre el climax físico y la violencia atribulaba a los ascéticos sabios griegos, ya que veían en ella el triunfo de la materia sobre la mente. Por cierto, el orgasmo nos arrebata del control sobre nuestro propio cuerpo. A pesar de las dilaciones que el sujeto pueda ensayar sobre sus estímulos, el orgasmo eventualmente llegará, barriendo con todas las clausuras mentales e intelectuales que intentan demorarlo. Este arrebato o demolición del intelecto por un impulso creciente e irreversible es aquel orge consignado por los griegos, quienes, desde luego, no negaban su interés lúdico.

Pero el orgasmo no nació en Grecia. Sucede desde tiempos inmemoriales, y su raíz puede rastrearse incluso en las balbuceantes lenguas del pasado más remoto de la humanidad (ver: Significado de la palabra «Deseo»).

El antiguo irlandés Ferc significa «enojo, ira, arrebato», e indica el mismo caracter violento que atestiguaron los griegos. El protoindoeuropeo Wrog significa «fortaleza», subrayando la sensación física del orgasmo más que sus derivados espirituales. No obstante, la historia de algunas palabras, de muy pocas, por cierto, puede hallarse en una sola de sus formas, a despecho de lo que pueda significar en distintos lugares, ya que su fuerza original trasciende las confusiones y modificaciones temporales y geográficas, renaciendo cuando debe hacerlo.

El sánscrito urja, predecesor de orgasmo, significa «alimento», pero también «ofrenda». Esta es, quizás, la mejor definición para algo tan complejo. Si hoy decimos la palabra orgasmo, casi todos sospecharán que hablamos de un mecanismo fisiológico por el cual el sujeto experimenta un éxtasis de placer, pero en sus orígenes definía al amor como lo que realmente es.

Para las tribus del Indostán, así como en las extravagantes aldeas de la India, el orgasmo representaba un ofrecimiento pero también un sacrificio que se recibe del otro. No es aquí una sensación física; sino la muestra de que en el amor dos personas se vuelven altar y ofrenda, don y sacrificio, Dios y devoto. El amante come y bebe del cuerpo del otro, siendo el mismo una ofrenda multisensorial de quien lo acompaña.

En ningún sitio y en ninguna época se ha definido al orgasmo con mayor precisión y agudeza. A tal punto que si tomamos quirúrjicamente las raíces primordiales de la palabra, es decir, sus formas más arcaicas, veremos que Urja se compone de Urg y Jag, literalmente, «comer» y «alimentar».

La historia de la palabra orgasmo acaso nos reserva algunas otras sorpresas etimológicas. Sin embargo, nada define mejor su significado que la idea de que su presencia trasciende la mera respuesta fisiológica, y que, en definitiva, es un proceso por el cual el hombre y la mujer abandonan sus límites y se vuelven algo tan complejo que sólo es posible definirlo mediante una dualidad conceptual, es decir, se vuelven comida pero también comensales.

En parábolas menos felices podemos pensar en alguien que lee y escribe al mismo tiempo, o en algo que se reclama mediante una ofrenda, en este sentido, mucho más alegre que las vituallas sulfúricas recibidas por santos y mártires con pies de cera.




Filología. I Misterios.


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2 comentarios:

primuss dijo...

JAMAS SE ME HABIA OCURRIDO BUSCAR LA DEFINICION U ORIGEN DE LA PALABRA ORGASMO.... Y COMO SIEMPRE HE QUEDADO MAS Q SATISFECHA AL SABELO.... --EXCELENTE-- .... SALUDOS...

Anónimo dijo...

Gracias, por qué se muestra la fortuna de quien como yo , fluye y logro sentirme orgásmica con la vida....y en contrapartida la tristeza de tanta perdida experiencial al relegar el sexo a simpmes refugios fisicos .



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